Capitulo 7 : Otro día más.

El fin de semana se me pasó muy rápido, estuve colocando algunas cosas de la mudanza,  no tenía ni idea de por dónde empezar, si por el armario o simplemente por decorar un poco la habitación, parecía cada vez más evidente que iba a pasar mucho tiempo allí.

Limpié las ventanas y colgué unas cortinas de mi habitación antigua color azul celeste, no pegaba mucho con mis muebles nuevos, simplemente era el recordar de las sensaciones de antes, sábado por la noche, en casa aburrida leyendo un estúpido libro, sin amigos con los que salir, sin nadie con quien poder divertirme, ni siquiera un frikie que me acompañase a la biblioteca. Coloqué algunos trastos por ahí, pensé en poner algún que otro poster, pero no tenía mucho humor para ponerme a escoger…

El resto de la mañana lo pasé ayudando  a mis padres con el jardín, me preguntaron tantas veces que me pasaba que la palabra nada me parecía un poco absurda, gracias a sus preguntas fue imposible olvidarme tema, mi estado de ánimo era... mi estado de ánimo era nulo. Si, nulo era la palabra perfecta. Toda la  tarde restante  la pase escuchando música, escuche la misma canción una y otra vez << te quiero en mi vida >> una canción de mi película preferida, “El diario de Noa”

Llegó el lunes, un lunes cualquiera, otro lunes, en el fondo era un lunes especial,  si, éste lunes, yo Nathaly Kimbrock,  seré el centro de atención de todas las miradas, seré la chica nueva con un record de tiempo en humillación. Sonó el timbre, y dejé de pensar en tonterías, quise concentrarme en estudiar, pero cuando entré en clase y me fijé en la silla de Jack, vi que estaba vacía, no me parecía muy normal, sabía que lo más probable era que Keith no apareciera todavía por aquí, pero ¿Jack? ¿Qué estaría haciendo Jack?

 Intenté con todas mis fuerzas dejar de pensar en él, pero era imposible, aun con todo el daño que me había hecho, mis pensamientos no se alejaban de él , en tan poco tiempo, tantos recuerdos, tantos momentos, cada cosa que veía me recordaba a él ,  no se lo merecía, él no merecía que yo pensase en el cada segundo de mi miserable vida, me trató como si fuera un mosquito , de esos que te pican por la noche y te puedes deshacer de él con solo mover un poco la mano, fue así como pasó.

Existían tantas maneras de poder comparar aquella situación que me perdí toda la explicación de matemáticas, en vez de atender, otra vez visité el país de nunca jamás.

Tocó la campana, compré el almuerzo y me senté en el patio, se me hacía raro estar sola otra vez...

 Comencé a tener una sensación muy rara, una mezcla de curiosidad e intriga,  asique decidí ser la idiota de Nathaly Kimbrock e ir a ver qué pasaba.

Las mentiras forman parte de la vida, pero ¿Por qué razón si Jack no me quería, no me dejó sin más?

Está claro que os parecerá ridículo hablar de querer, pensareis, “Si lo conoce de tres días” Os sorprendería el poco tiempo que hace falta para enamorarte de alguien.

Llegué al Deily y la puerta estaba cerrada, me pareció un poquito   raro que cerraran la puerta, ese sitio era secreto, nadie más sabía de su existencia, o eso era lo que yo creía…

Abrí la puerta  de un golpe, no fue muy difícil romper el cerrojo, por un momento me sentí como una súper heroína, pero solo duró unos segundos, entré  y vi que todo estaba silencioso y  oscuro, parecía que en todo el fin de semana no había habido nadie. Fue  extraño, estaba todo muy tranquilo, todo apagado,  y las camas estaban hechas, eso sí que era raro, Jack y Keith nunca hacían las camas.

Cuando estaba a punto de irme oí a lo lejos  un susurro repetitivo, cada vez se hacía más intenso, eran unas voces desconocidas y se dirigían hacia  aquí, yo no sabía qué hacer asique me escondí debajo de la cama, fue el error  más grande de mi vida... 

Podía haberme escondido en el armario, no, me escondí debajo de la cama donde estaba toda la ropa sucia, zapatos, envoltorios de chocolatinas, latas de cerveza…

Cuando ya estaba debajo de la cama me coloqué mirando hacia arriba, si meterme debajo de la cama fue un error, ponerme boca arriba sí que lo fue, un repertorio de chicles bien masticados estaban pegados en las tablas de la cama, cuando ya creía que no podría ser peor empecé a oír las voces cada vez más  cerca, escuché como se acercaban cada vez más y como  se abría la puerta:

-Aquí es, éste es su escondite.

-Muy bien Leo, ahora dime donde narices está, aquí no hay nadie -Dijo un hombre muy enfadado.

-Eso no me lo explico, tendría que estar aquí, el viernes cuando vi a Keith, estaban aquí, no se puede haber ido así porque así, si nosotros tenemos a Keith , no se irá sin él , además o se da prisa o Keith no aguantara más, os pasasteis con la paliza.

-Mira niñato, no estamos para perder el tiempo eh, asique le  encuentras ya, o tendremos que matarte antes de lo previsto, asquerosa rata de alcantarilla.-dijo una voz, sonaba  a un hombre muy grande y no parecía que estuviese muy contento.

Ese debía ser Leo, el que escapó dejándolos tirados, y el que ahora los estaba delatando, entonces sonó mi móvil. Como siempre en el mejor momento.

-¿Que ha sido eso?  Registrad este sitio.

Lo único que se me ocurrió hacer fue tirar el móvil lejos de la cama, oí como se acercaba alguien y  lo cogía, vi desde debajo de la cama como lo ponía en altavoz para que los demás escucharan.

-¿Nath, dónde estás? soy Jack, Nath si estás ahí contesta, ya sé que no me hablas, ya sé que te he hecho mucho daño, pero por nada del mundo vayas al Deily, en serio , no te acerques por allí.

Tenía tantas ganas de contestarle, que me tuve que tapar la boca con la mano para que la tentación no me ganara.

Se llevaron mi teléfono móvil  y se fueron, yo no sabía qué hacer asique la siguiente media hora me la pase asustada  debajo de la cama, cuando me dispuse a salir oí un ruido de nuevo,  alguien iba a entrar asique decidí que esta vez iba a defenderme....

Cogí el  bate de beisbol de Keith, me situé detrás de la puerta,  y cuando  dispuso a abrirse, con toda mi fuerza golpee a  alguien, cuando me había asegurado de que el individuo estaba inmóvil en el suelo, miré  quien era. Un escalofrío recorrió mi cuerpo en cuestión de décimas de segundo, Jack, yacía en el suelo inconsciente, aunque en parte se lo merecía, no pude evitar sentir pena por él.

Le  coloqué sobre   la cama  y le puse un pañuelo mojado encima de la cabeza, le miré durante unos segundos  y quise con todas mis fuerzas abrazarle, luego me acordé de todo lo sucedido los últimos días y todo se desvaneció...

 Cuando desperté estaba tumbada y arropada en la cama,  me fui a levantar  y me di cuenta de que la luz del baño estaba encendida.

-Nath, no te levantes, tranquila todavía puedes dormir un par de horas, ah y  buena derecha, estoy seguro de que te dejaran entrar en el equipo de beisbol del instituto en cuanto vean como bateas.

-Oh Jack, lo siento por lo del golpe, es que estaba asustada, y quise defenderme...

-¿Quién te enseñó a batear así?-Preguntó.

-El vecino de mi padre era entrenador de una liga secundaria de beisbol.

-Te enseñó bien.

-¿A dónde vamos? -dije confusa.

-Vamos no,  yo te llevo a casa y voy, tengo que ir a buscar a Keith.

-¿Dónde está Keith? -le pregunté un poco sobresaltada

-Leo, está vivo.

-Eso es genial ¿no?

- No,  él les dijo a los Zeterstrons donde estaba el Deily, solo él lo sabía, cuando fui a por mas vendas para Keith, le cogieron, no sé dónde está, entonces te llamé para que no fueras al Deily, pero no me cogiste el teléfono.

-No Jack , ellos han venido esta mañana, lo que pasa que los escuché y me escondí debajo de la cama , tu llamaste y tuve que tirar el móvil lejos de la cama , ahora aparte de una explicación y la vida, me debes un móvil.

-Joder Nath.

-Voy contigo.

-Nathaly, no, te dejaré en casa.

-Se lo diré  a tu hermana, y a tu nueva novia Florentine.- Le dije con resquemor. Fui a hacer daño, yo era una mosquita muerta en muchos aspectos de mi vida, pero a rencorosa no me ganaba nadie.

-¿Estás loca? ¿A mi hermana?,Flor no es mi nueva novia.-Contestó algo molesto.

-Oh, asique ahora es Flor y no Florentine... ¿Es un apodo de esos cariñosos?-Dije intentando no mostrar mis celos. Soné como una niña pequeña.

-No te creerá.

-Le enseñaré el Deily.

-No te atreverás.- Me dijo con un tono desafiante.

- No me hagas demostrártelo.

-Pero me perdonarás.-Me sorprendió.

-¿Qué?  Jack, esto lo hago por Keith, de ti paso, para mí ya no existes.-Susurré con los dientes apretados, para que viera de manera clara el daño que me había causado.

-Me lo merezco... lo hice por tu bien, en serio, acabarás entendiéndolo.

- No Jack, cosas así no se perdonan, y no se olvidan. Esto es frustrante.

-Bueno coge lo que quieras que nos vamos dentro de 10 minutos.

-Yo ya estoy lista.

-Nath.

-¿Qué?

-Lo siento.

-Ya es tarde.

Las lágrimas cayeron de nuevo por mi rostro recorriendo el mismo camino que las anteriores, o quizás, un camino nuevo. Jack intentó acercarse a mí  y abrazarme, pero le rechacé dando un paso hacia atrás.

Salimos del Deily y por primera vez en todo este tiempo,  tenía ganas de salir de allí,  nos montamos en su coche y arrancó el motor.

-Prométeme, que si te digo en algún momento que te vayas, te irás corriendo, lo más rápido que puedas, sin pensar en nada ni en nadie.-me dijo mirándome a los ojos, se veía, como sus ojos poco a poco  se ahogaban en lágrimas y como caían una a una.

-Jack, no te voy a prometer nada. Me dijiste que era especial, al día siguiente estabas besándote con Flor, ¿Quieres que te prometa algo? Nunca pienso perdonarte, eso te lo prometo.

En cuanto arrancó, me dijo que me pusiera el cinturón, en los 30 primeros minutos del viaje estuvimos los dos muy callados, pero yo tenía que saber porque me había hecho eso, tenía que saber porque esos tipos les perseguían.

-Jack ¿Por qué? ¿Por qué ha pasado todo esto,  que tenéis que ver en todo esto?

-Nath, es una historia muy larga

-Tenemos tiempo.