Una chica como otra cualquiera,
El chico mas popular del instituto,
Un mundo totalmente diferente que les separa.

3/2/11

Capitulo 5: La verdad


5.La verdad.            
Sobrevivir a dos peleas con Debora hoy en día  debería considerarse como un acto de valentía, de una dimensión tan grande que deberían dejarme inscribirme en la marina, el ejército o cualquier cosa por el estilo que conlleve aguantar este tipo de situaciones…
Mientras que caminaba en dirección al Deily, rezaba para no encontrarme con nadie más conocido.
Lo mío nunca ha sido rezar, nunca he sido fanática de ir a la iglesia todos los domingos,  y nadie me enseñÉ a rezar todas las noches, supongo que solo lo uso en casos de emergencia, como alguna creencia rara de las mías, que se supone que tenía que  ayudarme. Evidentemente se con seguridad que no soy la única persona que utiliza a dios en casos extremos, casos en los que uno necesita eso a lo que algunos llaman “Milagros”.

Cuando llegué al Deily fui muy decidida a abrir la puerta, pero en cuanto toqué el pomo me eché para atrás.
¿Qué se supone que tenía que hacer? ¿Entrar sin más? ¿Tocar a la puerta?
Tras varios minutos recapacitando, decidí entrar, no es que hubiera mucha confianza entre nosotros, simplemente con lo que había pasado el día anterior, me sentía obligada ver qué tal se encontraban.
Cuando entré estaba todo a oscuras, me acerqué a la pequeña ventana intentando no tropezarme con ninguno de los trastos inútiles que tenían Keith y Jack por ahí tirados, subí un poco la persiana y vi a Keith tumbado en la cama, fue un gran alivio verle respirar, al lado,  estaba tumbado Jack, no sabía cómo despertarle, pero no me hizo falta, en cuanto di un paso hacia ellos Jack se levantó de golpe.
-Nath, eres tú, has venido-Dijo recuperando el aliento.-  Gracias por todo, sin ti ahora seguramente estaríamos...
-No importa-Le interrumpí-Lo importante es que estáis bien.
Miré a mí alrededor buscando algo de espacio para poder comprender lo que estaba ocurriendo, estaba de pie, Jack estaba recostado en la cama y Keith yacía  sobre ella.
-¿Te ocurre algo?-Preguntó Jack intrigado.
-Nada-Mentí con una sonrisa.
Jack se levantó, le costó un poco, lo noté porque tuvo que apoyarse en la cama para no perder el equilibrio. Se acercó a mí  y me acarició la mejilla con las yemas de los dedos, sentí el calor de sus manos y recordé como me secó las lágrimas ayer con la misma ternura.
-Lo que hiciste ayer por nosotros fue increíble, no sé cómo agradecértelo.-Susurró.
-No fue nada, cualquiera lo hubiera hecho.-Contesté sonrojada debido a que su mano seguía acariciando mi mejilla.
-¿Te ruboriza que te acaricie? –Preguntó mirándome a los ojos.
-No es eso-Mentí- Estoy algo sensible desde ayer.
-Quiero comentarte algo.
-Dime.
-Sabes que tarde o temprano voy a besarte, lo supiste desde el día en el que nos echaron de clase.
-¿Qué significa eso?-Pregunté confusa.
-Nada, solo te estaba avisando-Dejó de acariciarme, dio otro paso hacia delante.
No pude sostenerle más la mirada, baje los ojos y me di cuenta de lo cerca que se encontraba, en mi estómago comenzaron a revolotear aquellas mariposas de las que tanto había oído hablar. Mis piernas se convirtieron en gelatina.
¿Qué estaba pasando?
Volvió a sostener mi rostro, pero esta vez con ambas  manos, acarició de nuevo mi cara y se hundió en ella con un beso.
 Esa sensación era indescriptible, me besó tan intensamente que parecía que me estaba ahogando, era como si echara a volar o me tirara de un enorme rascacielos sin paracaídas. En ese mismo instante me di cuenta de que un beso era mucho mejor de lo que lo describían en las películas. Nunca me había sentido así, es un instante en el que te olvidas de todo  lo que te rodea, de todos tus problemas  y preocupaciones, de las consecuencias que eso puede traer, te olvidas de la existencia de los demás seres que te rodean, te olvidas de todo y vives el momento.
Paró un momento, abrí los ojos y vi cómo me miraba, sus labios se curvaron hasta convertirse en una sonrisa, yo le correspondí de la misma manera.

-Si queréis puedo marcharme-Resonó al fondo del cuarto.
-Keith, ¿Keith estas bien? Dios es un milagro, no sabes qué miedo he pasado- Dijo Jack abrazándolo.
- Jack, no seas sobón, por favor, ya sabes que mi orientación sexual es contraria a la tuya,  anda  tráeme algo de comer, que estoy muerto de hambre.
-Me alegro de que estés bien.-Dije un poco avergonzada.
-Gracias por todo, de verdad, te debemos una enorme, aunque he advertido que Jack ha comenzado a pagar su deuda-Bromeó.-Jack, no puedes pagar todas tus deudas con besos. ¿Qué pasará cuando me debas algo a mí, me besarás?
-Me alegro que estés de humor ¿Atún o Bacon?
-Bacon-Gritó.- ¿Por cierto, qué ha sido de Leo?
-Ni idea , el hijo de puta se escapó en cuanto te dispararon, parece ser que el valiente Leo solo es una rata asquerosa, pero bueno  los Zeterstrons fueron a por él, así que no creo que...
-¿Que  habéis hecho el qué?-Dije un poco confusa y asustada.
-Tranquila  Nath, nosotros no tenemos nada que ver, solo teníamos que darles la pasta a los Zeterstrons e irnos, pero León no quiso, quería que le dieran parte de los beneficios, tenía sus razones pero , no debería habernos puesto en peligro .
Mientras que Keith hablaba Jack le hacía señas desde la cocina para que dejase de contarme cosas que evidentemente no me incumbían.
-No habrá ido lejos, esa rata no estará ni viva, si los Zeterstrons le alcanzaron,  cien por cien está  muerto.
-¿Y lo decís así de tranquilos? ¿Un chico puede estar muerto y a vosotros os da igual?
-Nath, Leo es, o era, una rata de alcantarilla, él se lo ha buscado, además, Keith casi no sale de esta por su culpa. -Me dijo Jack muy seriamente-Lo que me da pena es su hermana-Dijo Jack lamentándose esperando que Keith añadiera algo.
-Ni idea tío, pobre Lúa.-dijo Keith.-Seguramente Andrea creerá que es lo de siempre, no es la primera vez que Leo desaparece por un tiempo.
Yo estaba flipando, me quejaba de que aquí no pasaba nada, de que era un  sitio aburrido, de que no conocía a nadie, de que tenía demasiado tiempo libre… Anonadada me dejaban en cuanto abrían la boca.
 - Joder, Jack, Debora, se me había olvidado, iba a cortar con tu hermana, le dejé un mensaje diciéndola que tenía que hablar con ella, estará como loca buscándome.-Nos dijo Keith, preocupado.
-Si Keith, esta como loca buscándote a ti, y a su hermanito, me la he cruzado en la cafetería  y me ha hecho mil preguntas. Ah, sí, y casi paso al otro mundo cuando ha visto tu pulsera.
-Nath, no la  habrás dicha nada.- Me dijeron los dos a la vez. Parecía que hasta lo habían planeado, las mismas letras con las mismas silabas, cronológicamente contado.
- La tendréis que dar una buena explicación, tu sobre todo Keith, que la distes plantón.
-¡No!- me dijo Jack casi gritando.-Keith tiene que quedarse aquí, no puede ir por ahí con el hombro así, nos descubrirían, y si a Leo le ha pasado algo, lo relacionarían con nosotros, los Zeterstrons se enterarán y si no nos meten en el trullo, ellos se encargaran de acabar con nosotros.
-¿Y qué pensáis hacer? ¿Vais a faltar a clase hasta que Keith pueda levantarse y no parezca un…? ¿Y vuestros padres?
-No sé, ya se nos ocurrirá algo, mientras que Keith descanse, necesitas mucho reposo, no sé ni cómo has salido de esta, has tenido suerte, dos centímetros más a la derecha y tendría que darle explicaciones a Alexa de porque la dejé plantada hace tres semanas.
-¿Quién es Alexa?-Pregunté, lamentándolo después debido a la contestación.
-Es la chica de la floristería, se encarga de hacer las coronas para los cadáveres.
-¿Es siempre así de gracioso?-Pregunté enfadada.
-No siempre, pero normalmente si -Respondió Keith burlándose.
Me ahogué en un suspiro intentando comprender de alguna manera sus comentarios.l
-¿Podemos hablar fuera?-Me dijo Jack intentando tranquilizarme.
-Claro- le dije al ver que parecía tratarse de algo importante.
Salimos del Deily y Jack cerró la puerta haciendo ver que no quería que Keith se enterara de nuestra conversación.
-No te asustes –Me dijo sonriendo.
-¿Asustarme?-Pregunte riéndome irónicamente-Después de lo de ayer nada me asusta.
-Eso no es verdad.-Me dijo seriamente.
-¿A qué estás jugando?-Pregunté confusa al no entender  a qué se refería.
-Claro que tienes miedo, tienes miedo de muchas cosas, tienes miedo de que nos pillen, de que alguien descubra toda la verdad, tienes miedo de que te relacionen con algo con lo que no tienes nada que ver, y ante todo , tienes excesivo miedo de mi-Me dijo acercándose lentamente a mí .
Yo segura de mi misma intente demostrarle que no le temía, asique no me moví ni un centímetro de mi sitio.
-Tienes miedo de que te bese.
-Eso no es así.
Jack me miró, me di cuenta de que era algo como una emboscada, me miró con aquellos ojos  y no  pude resistirme e intente besarle, justamente cuando mis labios estaban a punto de rozar los suyos , él se apartó, y con una sonrisa muy picarona , se volvió a acercar y esta vez me besó. 
Era la segunda vez que me besaba, pero era muy diferente a la primera. En esta ocasión no  me besó con ternura, ni con intención de darme las gracias por mi ayuda, esta vez me besaba con pasión, podría hasta alegar que me besaba con furia, sostenía mi cara con tanta fuerza que me producía una leve molestia, me dolía, pero no me importaba, nadie me había sostenido de esa manera nunca.
Me cogió de la mano y  me condujo hacia su coche, cuando entramos poco  a poco mientras que me besaba comenzó a desprenderse de su camiseta, eso no me lo esperaba de manera que  me asusté un poco , yo no sabía hasta donde había llegado él , y sin embargo yo hace poco acababa de darme mi primer beso. Cada vez estaba más asustada,  pude contemplar su perfecto torso, sus perfectos abdominales, su piel morena, y entonces, sentí deseo de él. Me fue tumbando lentamente  en los asientos traseros, tan delicadamente que creí estar flotando, cuando ya estábamos los dos tumbados en aquellos asientos de cuero, paró de besarme y  me miró a los ojos. No sé qué pudo contemplar en ellos, ni el motivo por el que posteriormente se apartó de mí. Pero se tumbó a mi lado y me abrazó mientras que   muy bajito, me tarareaba  al oído, una vieja canción de Norton  Lie “Forever and always”.
No sabía qué significado tenía aquel conjunto de sucesos que me habían ocurrido, no sabía si lo que estaba empezando a sentir por Jack era algo más que un estúpido juego de niños, tampoco sabía que es lo que había ocurrido con los sentimientos que tenía por Keith. Sinceramente,  no sabía nada.

31/1/11

Capitulo 4 : Mi subconsciente me delata



Me levanté a las once de la mañana, era sábado y yo no tenía planes .No me detuve mucho tiempo en pensar que ponerme, después de terminar de vestirme, me dispuse a hacer mi cama, cosa que muy pocas veces hago.
Como mis padres no estaban, aproveché para desayunar lo que se me antojase, acorde con mis pasos hacia la cocina, rezaba para que quedase alguna lata de coca cola y una bolsa de doritos. Seguramente muchas personas después de un desayuno así  harían muy buenas migas con el señor retrete, sin embargo yo desearía poder desayunar eso todas las mañanas. Como todos podréis, o por lo menos deberíais comprender, cuando vives en situación de custodia compartida y tu padre no ha cocinado nada en su vida, tienes que adaptarte a tus propios medios. Al principio te parece asqueroso, luego te vas habituando hasta que se convierte en costumbre y después esa costumbre se convierte en vicio.
Mientras que desayunaba me di cuenta de que mis padres no volverían hasta el martes, cualquier otra chica de mi edad, ahora mismo, estaría repartiendo los panfletos de una súper fiesta, esto sería un bueno comienzo para empezar a ser  popular, pero, que idiota más ingenua, ¿Quién vendría?
 Entonces sonó mi móvil, mire la pantalla, y ponía “Mi niño”, no sabía quién podía ser, que yo supiese no había nadie en mi lista de contactos al que yo llamase “Mi niño”. Mi cara debió de ser épica.
Miré el móvil durante unos segundos, dudé en cogerlo, pero dejó de sonar. Pensé que no sería importante y reanudé mi exquisito desayuno. A los pocos segundos volvió a sonar, me apresuré rápidamente a cogerlo para que fuese quien fuese no volviera a colgar.
-Nath, necesito que nos ayudes, estamos metidos en un lío, no sé qué ha podido pasar,  se nos ha ido de las manos, ayúdame por favor-Dijo alguien al otro lado de la línea.
Al principio pensé que era una broma, después la voz se me hizo algo familiar.
-¿Jack?-pregunté.
-A ver, escucha muy atentamente, solo te lo podré decir una vez. Vete al Deily, debajo de la cama hay una carpeta con unos planos, el primero que hay es un mapa, estamos  a 20 metros del  punto rojo, necesito que vengas a recogernos, date prisa, no sé si Keith aguantará.
Jack colgó sin más, parecía muy asustado, lo que me asustó el doble a mí.
Me levanté del sofá pero no sabía qué hacer, miré a todos los lados en busca de alguna respuesta o de algo o alguien que pudiera ayudarme.  Cogí el coche de mis padres, ya que ellos estaban con el camión de la mudanza y me dirigí al Deily, cuando llegué la puerta estaba entornada, miré a mí alrededor imitando a Jack para ver si no había ninguna mirada sobrante que me viera entrar a aquel sitio.
Entré y todo estaba igual que la noche anterior. Busqué rápidamente debajo de la cama, cuando encontré la carpeta la abrí y cogí una hoja que parecía tratarse de un  mapa. Miré fijamente el mapa durante unos minutos, pero  no conseguía orientarme ya que no llevaba aquí más de un mes.
Me dirigí con el coche hacia la autopista marcada, me desvié sin querer por una carretera secundaria, en conclusión, me perdí, encontré cerca una pequeña estación de repostaje asique no dude en entrar a preguntar.
-Sigue hacia delante medio quilómetro y sal en la rotonda por la tercera salida, después sigue dos kilómetros y desvíate por la derecha, no tiene más perdida.
-Gracias-Agradecí al anciano por sus indicaciones.
-¿Que se te ha perdido por allí jovencita?-Me preguntó en tono malhumorado.-Cada vez comenzáis más pronto, lárgate de aquí, no quiero problemas.
-¿Perdona?-Le contesté confusa.
El anciano seguía mirándome malhumorado, si hubiera tenido algo más de tiempo le hubiera pedido alguna explicación de lo ocurrido, pero no podía demorarme más.
Seguí las indicaciones de aquel hombre tan extraño, llegué a un pequeño descampado, parecía algún viejo aparcamiento, alrededor del aparcamiento había algunos edificios, parecían edificios de personas sin recursos, estaban agrietados por todos los lados,  y tenían algunas ventanas rotas, más que edificios donde viviese gente parecía el lugar de queda de drogadictos y alcohólicos. Después de observar el lugar durante unos segundos comencé a entender poco a poco porque aquel anciano estaba tan irritado.  Aparqué el coche a 20 metros del punto rojo, al principio no conseguí ver a nadie, baje del coche  y oí a Jack decir mi nombre casi de un gemido. Busqué a Jack con la mirada y vi a Keith, estaba tirado en el suelo, inconsciente, alrededor había un pequeño charco de sangre, asustada intenté ver de donde procedía la sangre. Sin quitar la mirada de Keith me acerqué corriendo hacia ellos. Keith yacía inerte, la sangre parecía proceder  de su hombro, Jack presionaba con fuerza la herida. Miré a Jack buscando con la mirada sobre su cuerpo alguna herida, tenía algo de sangre en la parte superior del pantalón, le di poca importancia.
-Nath ¿Por qué has tardado tanto? Quieres darte prisa, en nada llegará la poli y no quiero que nos encuentren aquí, ayúdame a meter a Keith en el coche...
-Pero Jack ¿Qué ha pasado?... ¿Que habéis hecho?Tengo que llevaros a un hospital, no podemos dejar así a Keith..-Grité eufórica.
-Nathaly, deja de hacer preguntas,  vamos al Deily, no podemos ir a otro sitio, harían preguntas y los padres de Keith se enterarían, ¿Te imaginas como se pondría Debora? Lo sabría todo el instituto en cuestión de horas, y entonces ellos sabrían que no han acabado con nosotros y vendrían otra vez a acabar su trabajo.-Dijo casi con un gemido.
-¿Ellos quienes, que habéis hecho?-Pregunté muy asustada.
Comencé a tener aún más miedo que el que me producía que Keith estuviese muerto.
-Jack, tengo que confesarte una cosa.-Intenté articular.
-Nathaly, no es momento para confesiones –Me dijo mientras se daba la vuelta para mirarme malhumorado.- ¿Qué te pasa, pareces algo pálida?
-Verás-Dije con algo de miedo por la situación – Ya sé que no es momento para ser inconsistente, pero…
-¿Qué es lo que pasa?-Me gritó furioso.                 
-No puedo tocarle-Respondí asustada.
-¿Cómo?-Preguntó.
-La sangre Jack, la sangre, me da miedo.-Rompí a llorar.
Jack me miró intentando comprenderme, intentado discernir lo que estaba ocurriendo.
-Nath, podríamos tener una larga charla sobre fobias y miedo, pero no hay tiempo, lo siento, vas a tener que ayudarme.-Contestó seriamente.

Con mucho esfuerzo y los ojos entrecerrados  tumbamos a Keith en la parte de atrás del coche, saque una manta del maletero y le cubrí concentrándome sobre todo en su hombro.
Jack se sentó a mi lado  y con una mueca me dijo que arrancase,  Keith estaba cada vez peor, había perdido mucha sangre, así que lo llevé a mi casa. Nos costó bastante subirlo hasta mi habitación, Jack  me ayudó a ponerlo sobre mi cama,   Keith seguía inconsciente y si no hacíamos algo no aguantaría mucho. Fui a la cocina a por unas vendas, a por agua y alcohol, cuando llegueé, Jack le había roto la camisa, y lo que vi, me sorprendió mucho, era una herida muy pequeña, pero salía  mucha sangre. No llegu´w nunca  a entender de ninguna manera como de una herida tan pequeña podía haber salido tanta cantidad de sangre… Miré a Jack y note que el miedo brotaba te sus ojos, pero aun así no se rendía.
- Tranquila la bala ha salido, solo es un rasguño, simplemente Keith  y tú tenéis más en común de lo que crees.
-¿Una bala? ¿Le han disparado, estáis locos, en donde estáis metidos? Keith está medio muerto en mi cama, ¿Y qué pasa si no sale de esta, qué vas a hacer?  Jack responde, Jack, Jack responde.-Le grité histérica, en ese momento no pude aguantar más, el miedo se apoderó de mí y comencé a llorar desconsoladamente.
Jack se acercó a mí y me abrazó.
-Lo siento, de veras, no quería meterte en esto.
Me secó las lágrimas con las yemas de sus dedos, apoyó mi cabeza en su hombre y me acarició el pelo suavemente.
-Solo es un rasguño, créeme.
 Le puso un trapo mojado en la frente, supongo que para que bajase la fiebre. Yo no sabía qué hacer, si volver a  llorar, si echarlos de aquí por el lío en el que me iban a meter, o llamar a un médico de verdad, estaba muy confusa…
 Cuando me desperté estaba en la cama en la que había estado Keith, pero él ya no estaba aquí, estaba todo limpio, no había ni rastro de ellos. Me levanté de la cama y encontré una nota en mi mesita de noche:
-Nath, gracias por todo, estamos en el Deily, he limpiado un poco, cuando quieras pásate por allí, pero que nadie se entere de lo que ha pasado.
Me quise vestir pero seguía con la ropa de ayer, estaba toda ensangrentada, asique la tiré directamente y me di una ducha.
 Fui al súper y con mis escasos ahorros compré más vendas y algo de comer para ellos, estaba segura que lo único que iba a haber en el Deily eran cervezas.
Tenía los ojos hinchados de tanto llorar, no llevaba aquí ni casi un mes y  ya me han humillado, intentado besar, casi matado a la única persona con la que hablaba  y por poco detenido por llevar un coche ilegalmente, y no hablemos ya de que llevaba en mi asiento trasero a una persona con un balazo en el hombro.
 Fui directamente al Deily sin hacer ninguna otra parada, o esa era mi intención, cuando llegué al instituto Debora me estaba esperando.
- ¿Dónde está mi hermano? ¿Dónde está Keith? Sé que tú lo sabes, ayer te vi en el coche con mi hermano.-Me gritó histérica.
Al principio miré a Debora algo confusa, era domingo y se encontraba en las instalaciones del instituto, luego me acordé de que aquí los domingos había clases extraescolares para subir las notas.
-No sé dónde están, ayer solo fuimos, fuimos al cine y Keith no ha estado con nosotros.
- ¿Y dónde ha pasado mi hermano la noche?-Pregunté de nuevo.
-Obviamente con migo no, no todas somos como tú.
-Entonces poco debe quererte, va al cine contigo y luego pasa la noche con otra.-Se burló.
-Con quien pase la noche tu hermano no es de mi incumbencia, somos amigos, nada más.
-Claro que sois amigos. ¿De dónde has sacado esa pulsera? Es de Keith –Preguntó impetuosa.
-¿Qué? –Pregunté confusa.
¿La pulsera de su novio? me miré la muñeca y efectivamente tenía una pulsera, pero  yo no tenía ni idea de  cómo había llegado a mi muñeca, además, si fuera de Jack lo entendería pero si es de Keith...
-Bueno pues-Intenté inventarme una mentira- ayer, salí a correr por el Deily  y me encontré en las pistas de entrenamiento. Cuando vea a Keith se la daré.
 -No dámela, yo se la daré,-Me dijo ella muy decidida.
 -No, me la he encontrado yo,  adiós Debora tengo cosas que hacer.-Intenté deshacerme de ella.

-Cuidadito novata te estaré vigilando-dijo amenazándome mientras se daba la vuelta y se marchaba por el pasillo.
Chat suprimido por suplantación de personalidad hasta nuevo aviso.

Cerró los ojos, y lanzo la llave lo mas lejos que pudo.