Una chica como otra cualquiera,
El chico mas popular del instituto,
Un mundo totalmente diferente que les separa.

18/7/11

Capitulo 17: Protección celestial


Tengo algo que contarte, esa frase resonaba en mi cabeza como una canción de esas que se pegan y no paras de cantar hasta que alguien te mira mal. Me levanté de la silla y camine hacía Jack.
-Yo me voy a dar un paseo.  – Dijo Shamara
-No Sham, no hace falta, prefiero que seamos nosotros los que demos un paseo. ¿Quieres tomar algo?-Me pregunté Jack.
-No, estoy bien.-Contesté aturdida.
Jack caminó hacia donde yo estaba sentada y me tendió la mano, yo sin pensarlo dos veces me agarré a su mano y la utilicé de apoyo para levantarme. Sin soltarnos de la mano salimos de aquella horrible habitación  blanca del hospital.
-¿A dónde quieres ir?-Pregunté.
-No lo sé- contesté.- ¿Qué se puede hacer en un hospital?
-Muchas más cosas de las que te imaginas. –Me dijo mientras que me guiñaba un ojo.
Noté como cada vez caminaba más rápido y tiraba de mi mano con más fuerza, cada vez se movía con más velocidad. Fijé la mirada en su pierna y vi como todavía cojeaba un poco. De repente paró bruscamente, miró a su alrededor y me condujo hacia  una puerta, volvió a mirar a los lados para asegurarse de que no había nadie y entramos en aquel cuarto.
-¿Qué es este sitio?-Pregunté intrigada.
-Ven, acércate, entra.
Después de entrar en aquella habitación que  no era diferente a ninguna otra, me encamino hacia el baño.
-¿Por qué me has traído al baño?- Pregunté confusa.
-Nath, voy a violarte, creo que es evidente. Te traigo a un cuarto donde no hay nadie, nadie me ha visto entrar contigo, después te llevo a un baño que esta acolchado y que tus gritos no se oirán fuera, y a continuación cierro el pestillo de la puerta- Dijo mientras con su mano giraba lentamente el pestillo.
-¿Es que te has atiborrado a calmantes? Pregunté con una sonrisa.
-No, solo te echo de menos.-Contestó con un susurro.-Mucho, ni te imaginas cuanto.
-¿Qué ha pasado con el chico duro que me iba a violar?-Me burle de él.
-Que te eche de menos no significa que no tenga ganas de violarte. Pero no te he traído aquí para eso,  tengo algo que contarte ¿Recuerdas?
-Claro que lo recuerdo, pero tengo miedo sabes, mucho miedo.
-¿Miedo de que?
-Miedo de lo que me vayas a decir. Últimamente todo lo de me dices me da miedo.
-Lo de la violación era una broma, aunque dicen por ahí que si la víctima se deja, ya no es una violación.-Dijo con una mueca de burla en su cara.
-¿Tan seguro estas de que me voy a dejar?- dije fardando.
-No demuestras lo contrario.-Me guiño un ojo.
-¿Por qué lo dices?
-Me miras con esa sonrisa incitándome besar tus labios, juegas con tus dedos entre tu pelo, eso muestra que estas nerviosa, pero no lo haces bruscamente, si no dulcemente, sigues  provocándome, me miras directamente a los ojos, eso muestra seguridad,  y cada palabra que digo provoca que te acerques un centímetro más a mí , es evidente que quieres algo. Miras de reojo mi cuello, ¿es apetecible verdad?
-Nunca bajaras de tu burbuja Jack.
-Shamara, que me ha enseñado a analizar las situaciones.
-¿Una niña de diez años te ha enseñado esto?
-También me ha dicho que debería tener cuidado.
-¿Cuidado con qué?
-Con que alguien me quite a mi chica, dicen por ahí que es muy guapa, inteligente y que besa muy bien ¿Crees que debería tener miedo?-Me dijo mientras que enlazaba sus manos alrededor de mi cadera.
-Creo que no –mentí.
-Bueno Nath, me voy a dejar de tonterías y te voy a contar la verdad. ¿Te acuerdas del día del disparo?
-¿Cuándo dispararon a Keith?
-Si, ese día.
Asentí con la cabeza.
-Yo estaba muy nervioso, bueno yo y todos, solo me importaba que a Keith no le pasase nada, todo lo demás pasó al segundo plano. Lo recuerdo como si hubiera pasado ayer.
-¿A dónde quieres llegar con todo esto?
-No seas impaciente, esa noche intentamos curar a Keith  en tu casa, después le lleve al Deily, la mañana siguiente cuando llegaste, después de despertarme con aquel beso en la frente me obligaste a dejarme curar la herida que tenía en la pierna ¿Te acuerdas?
-Claro que si, tenías una herida pequeña pero profunda, algo que según tu era “sin importancia”.
-El otro día, tras torcerme el tobillo me estuvieron haciendo algunas pruebas  y por casualidad me encontraron algo, encima de la rodilla, justo donde tengo aquella cicatriz. Encontraron un pequeño quiste, algo sin importancia, pero al lado del quiste, cerca del nervio de la pierna se ha formado un coagulo de sangre, hay una pequeña vena que está deteriorada y en ocasiones pierde algo de sangre, esta se seca y pasa a formar parte del coagulo, que es  cada vez más grande, si este sigue creciendo podría afectar al nervio e incapacitar esa pierna.
-Jack, eso es…
-Inesperado-Me cortó.
-Lo siento mucho, es horrible, Jack, no puedo mas –dije mientras rompía a llorar- contigo no gano para disgustos. 
-Eh, pequeña no llores, los médicos ya están trabajando en mi caso, el miércoles que viene me operan, ya lo veras, todo va a ir bien.
-Me siento estúpida, tu eres el que debería estar llorando y yo diciéndote que todo saldrá bien, lo siento mucho-volví a decir- Siento mucho no ser tan fuerte como tú.
Sin decir nada más nos fundimos en un abrazo, las lagrimas brotaban y caían es su camiseta, él me abrazaba fuertemente mientras me susurraba palabras al oído para tranquilizarme. Yo no entendía porque desde que llegué a aquel lugar derramaba mas lagrimas que sonrisas. No entendía porque los malos momentos se enfrentaban a pulso por los buenos, simplemente entendía poco de aquella situación.
-No pienses que nada va a cambiar.
-Quiero que cambie.-Conteste- Quiero que acaben las lagrimas, quiero que acaben los hospitales y las amenazas, quiero ir a un parque y sentarme junto a la persona que quiero mientras que vemos a los niños jugar, quiero ir a tomar un helado sin tener que preocuparme de que puedan meteros una bala en la cabeza, quiero no tener que mentir a mis padres sobre a donde voy, quiero que conozcan al chico al que quiero sin tener que mentirles, te quiero a ti sano y a salvo Jack, ¿Por qué no entiendes eso?.
- Tenerte a ti para mí es como un sueño, no digas que no lo entiendo, y lo siento de verdad, Nath, siento mucho haberte metido en esto desde el principio, de verdad que nunca quise involucrarte en esto, pero el día en el que te mandaron al despacho del director con migo, ese día supe que no podía dejarte escapar. Podría sonar un poco raro de mi , pero para mí , estar contigo es como vivir en un cuento, pero a la vez  es algo tan real, ya sé que los momentos felices que hemos vivido han sido escasos,  y también sé que eso no es suficiente, pero para mí tenerte aquí , cerca de mí , con eso ya me basta. Mi puerta siempre estará abierta para ti, pase lo que pase.
-Te quiero, te necesito a mi lado bobo.-Sollocé.
-Necesito decirte algo más. Y esto es mucho más importante para mí que cualquier otra cosa que pudiera ocurrir. Llevo demasiado tiempo guardándomelo para mí mismo, no puedo dejar que pase más tiempo, tengo que contártelo.
Seguía mirándolo, solo parpadeaba.
-Nath…Yo.
Mire a Jack a los ojos, no me encontré nada inesperado, allí estaba como siempre aquella muestra de amor y ternura, aquel sonido tranquilizador, que jugaba con las notas formando una armonía apaciguadora.
Jack extendió la mano, me dijo que cerrara los ojos y note como algo se deslizaba por mi cuello hasta que chocaba contra mi camiseta y se tambaleaba hasta quedar quieto.
-¿Qué es?-Pregunté.
-Puedes abrir los ojos.-Me susurro al oído.
Abrí los ojos y lo cogí con las manos, era un colgante, una especie de esfera redonda de color plata, colgaba de una cuerda de terciopelo de color café, cuando lo quise coger me di cuenta de que al agitar la esfera, producía un sonido semejante al de un cascabel. Cogí aquella pequeña esfera con las manos y la examiné de cerca, era un tipo de plata vieja, algo oscura, parecía más bien bronce, pude observar que llevaba grabado unas iniciales. “S.A”.

-Jack, gracias, no tenias porque regalarme nada.

-Si, si que tenía que regalártelo, quiero que lo tengas tú.

-¿Qué significan las iniciales “S.A”?

-Spencer Anderson, era mi abuela por parte de madre, le regalo este colgante a mi madre cuando cumplió los 17 años, quiero que lo tengas tú, mi madre también lo hubiese querido.

-Jack, no puedo aceptarlo, ¿Qué pasa con tu hermana?

-No te preocupes, a ella nunca le ha gustado esta baratija, no la importara.

-De verdad, muchas gracias, es un detalle precioso, me encanta.

-Te lo doy con otro motivo más que un regalo, me gustaría decirte algo , eres muy especial para mí , ya te lo he dicho antes, intentaré que no sea un discurso muy penoso ni muy largo, no sé porque pero esto me da mucha más vergüenza de lo que creía que me iba a dar, Nath, quiero que seamos algo más que tu y yo, quiero poder mirarte a la cara y poder decir “Esta es mi chica”, quiero poder referirme a ti como ..

-¿A tu novia?-Le ayudé.

-No sé, si, como a mi chica, quiero que a partir de hoy salgamos juntos como una pareja.

-Jack, si, si , y sí , claro que si .-Le dije gritando. Nunca creí que Jack me lo pidiera, nunca llegué a pensar que oiría esas palabras de la boca de Jack, en pocos segundos la avalancha de tristeza que había barrido todo mi ser desapareció, volví a sentir mariposas en el estomago y me sentí como un niño al que le regalan un caramelo en una heladería.

-Catorce de junio.
-Catorce de Junio -repetí.

Jack se acercó a mi rostro con la intención de besarme, yo sin pensarlo dos veces cerré los ojos y dejé que el cuento de hadas que estaba viviendo siguiera su curso. Le besé tan intensamente que creí hacerle daño, le abracé con todas mis fuerzas y disfruté de aquel momento. Jack estaba apoyado sobre el lavabo, sin previo aviso me cogió de las caderas se dio la vuelta y me sentó allí, acariciaba mi pelo  y me miraba con ternura y picardía, hacía mucho tiempo que no veía esa mirada.

Me acerqué a su cuello  y empecé a besarlo, al principio eran pequeños besos tímidos, después pasaron a ser besos apasionados que hacían que Jack se aferrara a mis caderas cada vez con más fuerza.

-Ves, te dije que no podrías resistirte a mi cuello. En este momento si quisiera violarte no podrías defenderte de ninguna forma.

-¿No habías dicho que si la víctima se dejaba ya no era una violación?-Le dije con una sonrisa picarona.

-Te voy a comer a besos Nathaly Kimbrock.

-Gracias por hacerme feliz.

-Te lo debía, creo que soy una de las personas que más daño te ha hecho. Vamos, tengo que hablar con Keith, creo que estaba esperando para poder llevarte a casa.

-Claro, Keith.

Oí el nombre de Keith y mi mente se nublo.

-Nath, venga vamos, ya tendrás tiempo de navegar por tus otros mundos, Keith nos espera.

Abrió el pestillo del baño lentamente y salimos de la habitación.

-Algún día de estos volveremos a escaparnos. ¿Te gusta esta habitación?-Me pregunto.

-Si , es más bonita que las demás, tiene más luz y es mucho más acogedora.-Contesté.

-Aquí voy a hacerte el amor.-Me susurró al oído.

Yo Ruborizada no tuve ninguna otra opción que caminar en silencio durante todo el camino a su habitación. Jack abrió la puerta y entramos, dentro estaba Shamara hablando con Keith.

-Keith, ya veo que conoces a Shamara.-Saludó Jack.

-Si, eso parece, una niña encantadora, estábamos hablando ah, si , de eso , de eso a lo que tu llamas “nidito de amor” pero tío ¿Qué son esas mariconadas?
Jack se acercó al sofá , cogió una almohada  y se la tiró a Keith dándole un golpe en el pecho.

-Veo que quieres pelea-Bromeó Keith.

-Anda vamos a fuera, tengo que hablar contigo.

-Voy-Dijo Keith mientras levantaba la mano y hacia el gesto de “Si señor” del ejercito.

-Mira que eres tonto, de verdad vaya amigos que me tocan.

 Shamara y yo comenzamos a reírnos a carcajadas, los chicos salieron del cuarto y nosotras nos quedamos solas de nuevo.

-Bonito colgante-Me dijo Shamara.

-Me lo ha regalado Jack-la dije- Me ha pedido salir. -Sonreí.

-Eso esta genial Nathaly , me alegro mucho por ti.

-Seguro que tú ya lo sabías, seguro que él ya te lo había contado.

-Algo sabia, pero no tenía ni idea que te iba a regalar un llamador de ángeles.

-¿Un llamador de ángeles?
-¿No sabes lo que es?

-Es la primera vez que lo escucho.

-Esta esfera normalmente se lleva en un colgante, pero antiguamente también se colocaba en la cuna de los bebes. Según la tradición y la leyenda, cuando haces sonar un llamador de ángeles, ese sonido tan armonioso y agradable avisa a nuestro ángel guía .La antigua leyenda celta cuenta que hace miles de años los humanos vivían en contacto siempre con sus ángeles guía, por algún motivo tuvieron que separarse y los ángeles apenados por aquella separación obsequiaron a los humanos con estos colgantes esféricos de plata pura para que cuando los hiciesen sonar pudieran contactar con ellos. Este colgante les otorgaba protección, los ángeles le explicaron a los humanos que en cualquier momento en el que se sintieran desprotegidos, o simplemente tristes, solo necesitaban agitar aquella esfera y ellos acudirían a su encuentro. Los ángeles pusieron solo una condición, cada llamador de ángeles seria único y de uso exclusivo, debido a que cada sonido era diferente y reconocido por un único ángel guía. Por este motivo este colgante no podría ser nunca prestado a nadie, solo podía ser regalado para siempre, brindándole a esa persona la protección de tu ángel guía.

-Shamara, es una leyenda preciosa, no tenía ni idea de la existencia de estos colgantes.

-Ahora se venden en cualquier lado, con luces, brillantes y miles de tonterías, pero tú tienes suerte, posees uno real, plata pura y sonido armónico, debe de ser muy viejo.

-Jack me dijo que era de la madre se su madre. Ha sido un detalle muy bonito.

-Te ha regalado la protección de su ángel guía. Que envidia me das.

-Que tonta Shamara, ven aquí boba-Le dije mientras que la tendía un abrazo.

Aquella niña tan pequeña y tan sabia me asombraba cada vez más, no podía entender de ninguna manera como podía saber tantísimas cosas siendo tan pequeña.

-Mi madre también me regalo un llamador de ángeles, fue ella la que me conto la leyenda.

-¿Y porque no lo llevas?-Pregunté intrigada.

-Le he regalado mi protección a mi padre, mi ángel guía ya no me puede ayudar en nada, a él sí.

-Eres muy valiente.-Admiré.
-El miedo no te da de comer.

Esa frase me dejo anonadada, Shamara se levantó.

-Voy al servicio no tardo.

Shamara se fue al servicio, me levanté una vez más  y observé durante unos segundos ese prado, era totalmente verde, al principio no sabía a lo que me recordaba, pero más tarde , después de pensarlo un poco me di cuenta de que era muy semejante al parque que visitaba cuando era pequeña.

-Nath, te espero en el coche.-Me dijo Keith.

Me di la vuelta asustada por aquella inesperada voz y asentí. Keith salió por la puerta y me dejo a solas de nuevo con Jack.

-Le he pedido un favor a Keith.

-Jack, no creo que le importe llevarme a casa.

-No, no es eso, por cierto, han llamado del instituto cuando hablábamos, ya sé que son los últimos días, pero dice que si no asistís el jueves y el viernes os quitaran el derecho a recibir los diplomas en el baile.

-Puf-Me queje-Lo que me faltaba, tener que ir ahora dos días más al instituto.

-Le he pedido a Keith que te acompañe al baile.

-¿Qué?-Pregunté estupefacta.
-Quiero que vayas a ese baile, es el jueves de la semana que viene , yo estaré recién operado y no podre acompañarte, tú tienes que ir, los bailes finales son increíbles, quiero que te pongas un vestido bonito , que te compres unos zapatos nuevos y que te pongas brillo de labios, quiero que disfrutes esa noche. Hazlo por mí.

-Jack, sabes que odio ese tipo de cosas. Ni siquiera había pensado en ello.
-Es una vez en toda tu vida, no desperdicies la oportunidad de que todas las chicas te miren envidiosas por lo guapa que estarás.

-Me lo pensaré, pero no te prometo nada.

-Ve anda, Keith espera.-Me dijo acompañándolo de un cariñoso beso en la mejilla.-Te quiero.

-Yo también te quiero-Le dije-Despídete de Shamara por mi  y cuida de ella.

Me marché por la puerta caminando rápido para no hacer esperar más a Keith, cuando salí vi que había movido el coche, estaba aparcado enfrente de la puerta. Abrí la puerta y monté en el coche.

-¿A tu casa señorita, o quieres tomar algo?-Preguntó.

-A mi casa-Contesté- mis padres van a matarme, parece que vivo con vosotros.

-Nath, si no quieres ir al baile puedo decirle a Jack que a mí tampoco me apetece ir.

-Da igual Keith, no importa, iré a ese estúpido baile.

-No, tú no lo entiendes.

-¿Qué no entiendo el que?
-El baile, iras a ese baile preciosa, llevaras un peinado increíble y todo el mundo te mirara, yo tendré que cogerte de la mano y hacer como si nada ocurriese.

-No entiendo.-Dije aturdida.

-No creo que pueda resistirme a besarte, estoy seguro de que te besaré. Aunque  eso este mal, no creo que pueda evitarlo.

Esas palabras me aturdieron por completo, no podía creer lo que Keith me había dicho, respire hondo, cerré los ojos, cogí aire de nuevo y respondí.














Chat suprimido por suplantación de personalidad hasta nuevo aviso.

Cerró los ojos, y lanzo la llave lo mas lejos que pudo.