Una chica como otra cualquiera,
El chico mas popular del instituto,
Un mundo totalmente diferente que les separa.

7/2/11

Capitulo 6: una imagen, vale más que mil palabras.



Abrí los ojos lentamente, la luz que entraba por la ventana me impedía seguir durmiendo, estaba tumbada en mi cama, arropada con mi mantita de terciopelo azul, tenía recuerdos muy borrosos de lo que había ocurrido anoche, no tenía ni idea de cómo había acabado en mi habitación, intenté buscar en mi mente alguna explicación, cerré los ojos  y volví a ver esa imagen de nosotros dos, recostados en los asientos traseros de aquel ya no tan horrible coche… Volví a recordar aquel abrazo, pude volver a sentirlo, abrí los ojos y sonreí… Después de mi momento de meditación no cabía duda de que mi aterrizaje mágico en mi casa fuera obra de Jack, se me hacía demasiado raro el cambio tan repentino que había pegado mi vida.

Gracias a mi costumbre de levantarme pronto, me levanté con tiempo para poder asistir a clase, tarde un poco en elegir la ropa, tenía tantas ganas de ver a Jack y que se fijase un poco más en mí, que tardé treinta y cinco minutos en elegir entre unos vaqueros de  pitillo o unos pantalones cortos  de color magenta. Me duché lo más rápido que pude, superé un record que no hubiera superado cualquier chica. Para mí hoy era un día especial, quería parecer diferente, quería sentirme querida por él, quería  que se fijase en mi como nunca se había fijado en ninguna otra chica. Aproveché la situación y por fin estrené mi plancha de pelo, mi padre siempre dijo que era una pérdida de tiempo, pero al final me la acabó comprando, realmente no creo que él quisiese hacerlo, solo que no tenía ni idea de que otra cosa regalarme.
Terminé de echarme brillo de labios y baje abajo, no pensaba parar a  desayunar, pero un papel colgado de la puerta de la nevera me llamo mucho la atención, me acerqué lentamente, no porque no   quisiese verle, sino porque el que resultase ser de mis padres me horrorizaba. Cuando me acerque totalmente suspiré, cogí la nota con euforia  y sonreí como nunca había sonreído, era una simple servilleta, bueno no tan simple…
<<Me encantas >> Nunca me habían dicho algo así.
Subí al coche casi dando brincos,  tarde un poco en llegar, no gracias al atasco, sino a una anciana a la que le habían regalado el carnet de conducir en su vigésimo quinto cumpleaños, si hubiera ido ese día al instituto  en bicicleta seguramente hubiese llegado más rápido.
Aparqué el coche frente a la puerta y entré en el instituto, todo el mundo me miraba, todo el mundo sabía que hoy Nathaly Kimbrock era más feliz que nadie,  y el que no lo hubiese notado lo tacharían de ignorante. Según me iba adentrando entre la muchedumbre las miradas cambiaban, empezaban los codazos entre compañeros y los cuchicheos, no le di mucha importancia ya que eran normales suponiendo que la chica nueva se había liado con el atleta  de moda por el que todas suspiraban, pero lo que vi a continuación me demostró que esa no era la razón. Esa imagen me   destrozó en cuestión de una centésima de segundo, fue una pesadilla, cada segundo de ese corto minuto, duraba eternamente, nunca me había sentido así , nunca nadie me hubiera podido  hacer más daño. Podría caer desde un  quinto piso y no hacerme daño, podrían quemarme viva y no me dolería, pero esto había acabado con migo...
De repente todo dejaba de tener sentido, entonces entendí, como se sintió mi madre, entendí su dolor, entendí porque su sonrisa no ha vuelto a ser la misma,  no me lo habría esperado nunca.
Siempre cuando veo alguna película y pasa algo así, cuando la protagonista se pone histérica, me rio de ella, digo:
-Que exagerada.
Pero ahora, me doy cuenta de que nada, nada podría compararse a algo así ¿Por qué cuando crees que tu vida es perfecta, alguien viene y te la estropea? Era como si mi vida se desvaneciese en solo esa imagen, Jack estaba besando a Flor en medio del pasillo. TODO el mundo estaba viendo aquello,  cuando me miró, y vio mi mirada perdida, inundada de lágrimas que caían gota a gota en mi suéter nuevo, lo único  que hizo, fue darse la vuelta e irse sin darme ninguna explicación.
¿Por qué? Por qué ahora,  había pasado de ser nadie a ser la persona más feliz del mundo, y ahora, todo eso, en apenas  segundos se había desvanecido. Es como si yo fuera un vaso, vaso  lleno de agua,  vaso que se cae y se rompe, agua que se derrama... Por fin había conseguido tener amigos,  creía que  por una vez en la vida, alguien me quería.  En realidad eso no me dolía, lo que más me dolía  era que había confiado en él, le había contado cosas de mi vida, me había abierto a él, me había recostado junto a él  y había cerrado los ojos sin temor a nada.
Todo el pasillo me observaba intentando descifrar mi cara de idiota, las lágrimas que brotaban de mis ojos cada vez caían con más intensidad, había chicas que parecían reírse de mí , a otras las marcaba la indiferencia, pero también había caras de comprensión, nadie decía nada, solo se oían susurros que hacían eco con las taquillas, pero solo eso, eco.
No tuve más remedio que salir del instituto, la mayoría  ya sabían porque era, varios profesores llamaron a mi casa preguntando el motivo de mi ausencia, no me costó mucho fingir que estaba enferma, mi voz parecía sacada de una película de terror, me ahogaba en mis propias lágrimas,  y cada lagrima que caía me recordaba esa imagen. Me pasé el día llorando en mi habitación sin encontrarle sentido a esta vida, pensando en por qué a mí y en por qué con Flor. En todo  este tiempo  que llevaba aquí no le había visto saludarla en ninguna ocasión. Ni una mirada, ni una palabra, nada.
 Me sentía  fatal, me sentía nada, echa una mierda, solo podía pensar en por qué...entonces, pensé en llamarle para pedirle explicaciones, pero no tuve valor, como siempre, yo nunca afrontaba nada, simplemente hacia como si no hubiera pasado,  me acordé de Keith,  él podría darme alguna explicación, me debía casi la vida. Todo había pasado tan rápido que ni siquiera me pude dar cuenta de nada ¿Cómo he podido dejar que pasara esto? ¿Qué habré hecho mal para que en cuestión de horas Jack se arrepintiera? Tenía tantas preguntas sin respuestas…
Decidí por fin levantarme de la cama y fui  a ver a Keith, sabía que seguramente me encontraría allí con Jack, y que me tendría que dar una explicación, pero, yo necesitaba saber la verdad.  Cuando llegué, solo estaba Keith, con solo mirarle a los ojos, supe que él ya lo sabía,  lo único que me salió, fue tirarme a sus brazos haciendo que pareciera simplemente un abrazo, él me lo devolvió.
-Nath, lo siento,  y el también, en serio, te quiere mucho, él está también destrozado, me ha dicho que no le pidas explicaciones, que te alejes de él, simplemente, no quiere que te pase nada, y menos por su culpa, por favor aléjate de él,  ya sé que este es el peor momento para pedirte esto, pero por favor, aléjate también de mi.-Me dijo con cara de dolor.- Vete de aquí y no vuelvas nunca más, aléjate de nosotros.
-Keith, ¿Pero qué estás diciendo? ¿Estás loco? ¿Pretendes que me aleje de ti? El único amigo que me queda, sabes, sabía que esto pasaría, claro, al juntarse con la rara ,el Señor Keith y Señor Jack no serían tan respetables,  claro, Keith, no me lo esperaba de ninguno , vi que Jack fue capaz, pero de ti, de ti no me lo hubiera imaginado.-Dije sollozando, la mayoría de mis palabras no tenían ningún sentido y parecían el discurso de una niña de seis años, pero estaba muy dolida.
-Nath, deja que te expli...
-No, dejarme en paz ,si lo que queréis es que me aleje, me alejaré, pero para siempre -le corté, dejé las cosas que traía en su cama y me dirigí hacia la puerta, en ese momento Jack entró, note  en sus ojos dolor,  vi que se disponía a decirme algo , asique fui más rápida y le interrumpí:
-No quiero explicaciones, Keith ya  me lo ha aclarado  todo.
- Yo no te he dicho nada, si ni siquiera has sido capaz de escucharme-dijo Keith gritando.

- He escuchado lo que tenía que escuchar, he visto lo que tenía que ver, si queréis alejaros de mi, de acuerdo, pero para siempre.-Grité, me dispuse a salir, pero Jack intentó detenerme interponiéndose en mi camino,  le empujé con todas mis fuerzas contra la pared, él, piso mal y resbalo,  se cayó de espaldas, pero yo estaba tan furiosa que ni me detuve a ver qué tal estaba.

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Cerró los ojos, y lanzo la llave lo mas lejos que pudo.